PICK DE LA SEMANA: AGGRETSUKO, CUESTIONARSE Y DIVERTIRSE AL MISMO TIEMPO
Ya tenía un muy buen rato que no escribía esta sección, necesitaba un descansito, pero aquí estoy de vuelta. La última serie que recomendé fue “The Tatami Galaxy” hace como dos meses y para celebrar este regreso quisiera hablar sobre un anime muchísimo más tranquila, pero que no deja de ser muy entretenida e interesante. El lunes estuve en casa de mi novia y buscando por Netflix decidimos intentar ver “Aggretsuko” y sin darnos cuenta nos aventamos la primera temporada de una sentada. La disfrutamos muchísimo y por eso quisiera compartírselas. Aclaro desde un inicio que hablo únicamente de esta primera y no de las demás.
Sanrio es una de las empresas más grandes de Japón, fue creada en 1960 bajo el nombre de Yamanashi Silk Company y siendo rebautizada en 1973 bajo el nombre por el que se le conoce actualmente. Se dedica principalmente a la venta de productos de papelería, regalos, accesorios y muchas otras cosas más de los personajes que han licenciado a través de los años. Hello Kitty es, sin lugar a dudas, el símbolo más grande de Sanrio, pero no es la única, ya que han destacado otras licencias como My Melody, Chococat o la más reciente, Kuromi, una especie de rival de My Melody.
A lo largo de los años, Sanrio ha realizado distintas adaptaciones al anime de sus personajes, casi siempre protagonizadas por Hello Kitty y fue en 2016 que la diseñadora japonesa Yeti creó a Aggretsuko. Dicho personaje tuvo una serie de cien cortos de un minuto, dirigidos por Rarecho para un programa sabatino de televisión japonesa. Fue tanto el éxito que en 2018 se estrenó una serie original de Netflix, a cargo del mismo director, y que cuenta con diez episodios de quince minutos y a los que les seguirían otras dos temporadas y un especial navideño hasta la fecha.
A diferencia de otras licencias de Sanrio, “Aggretsuko” tiene un tono mucho más adulto, tanto por el lenguaje utilizado como por los temas que se abordan y son estos últimos lo que me parece sumamente interesante, además del humor.
Retsuko es una panda roja de veinticinco años que trabaja en el departamento de contabilidad en una empresa de Tokio y que, para desahogar todo el estrés, canta “death metal” en el baño de la oficina o en un karaoke al salir del trabajo. En estos primeros diez episodios se nos plantea la vida en la oficina, así como una serie de conflictos internos de la protagonista.
Como mencionaba, son los temas lo que más llamaron mi atención, ya que el machismo está muy presente en la vida de Retsuko, debido al abuso de poder por parte de su jefe, quien constantemente la insulta, la sobrecarga de trabajo o le pide que le sirva el té.
Otro punto muy agradable son las relaciones que ella mantiene con sus compañeros de trabajo y amigos, Fenneko y Haida o una compañera que no es tanto de su agrado, Tsunoda. Además de su futura amistad con dos mujeres de puestos altos en la empresa, Washimi y Gori (mis personajes favoritos por lejos), quienes toman clases de yoga junto con Retsuko. La manera en la que ellas se acompañan y se ayudan durante los diferentes procesos de su vida me parece algo hermoso y poco explorado en el mundo del anime, que es una industria que se caracteriza por carecer de personajes femeninos entrañables en la mayoría de sus obras, y que en dos horas y media de “Aggretsuko” sí que existen.
El humor es algo muy bien trabajado y, a pesar de ser muy japonés, creo que es sencillo conectar con él y con las situaciones que se nos presentan, siendo muchas veces ridiculizado el supuesto poder de los hombres en la empresa. Hablo de supuesto ya que se nos expone en un par de ocasiones como son simples abusones que justifican su violencia o corrupción sólo por un sistema piramidal.
Toda esta parte argumental acompañada de un gran trabajo de animación, sencilla, pero bien lograda y con lo musical muy bien hecho. Investigando un poco me enteré que es el propio Rarecho quien hace la voz de Retsuko cantando. Además de un gran doblaje por parte de VSI, con Desirée González como la voz de la protagonista y otros grandes artistas completando el reparto, como Vanessa Olea (Fenneko) o Julio Bernal (Haida).
A mí me dejó mucho que pensar todo esto y creo que, a pesar de ser una serie que se le puede disfrutar por encimita, sí nos confronta constantemente con situaciones de la vida diaria que deberíamos reflexionar y de las cuáles hemos sido partícipes más de una vez, siendo la víctima o también el victimario y que muchas veces hacemos de la vista gorda. La considero un ejercicio interesante sobre el cuestionamiento de los roles de género y de la cual podemos aprender bastante si no nos quedamos sólo con lo que nos brinda superficialmente.
Insisto, esto no es algo necesario para la audiencia, pero creo que nos trae grandes beneficios que se pongan en boca de la gente estos temas gracias a series o películas y que además se haga de una manera orgánica y extraordinariamente realizada.
Pueden encontrar las tres temporadas y el especial navideño de “Aggretsuko” en la plataforma de streaming Netflix.
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